1
El pequeño dictador crece de Javier Urra es un libro que continua en la senda del anterior libro publicado por este autor. El pequeño dictador sigue siendo un niño que se le va de las manos a los padres. Nuevamente el autor trata el tema de la violencia de los hijos contra sus progenitores.
Nos dice que padres e hijo dictador se quieren, pero hay violencia y agresiones. Son la familia desastre. Una familia en la que falta autoridad, no se ponen límites a los hijos.
¿Es culpa de los padres que los niños salgan violentos? En parte sí, dice Javier Urra, y en parte no. También educa la sociedad, la escuela, los medios de comunicación. Pero parece que todos educan mal.
Los chavales no aceptan la frustración porque nadie les ha enseñado a aceptarla. Ahí está la clave según Javier Urra: deben decepcionarse para aprender a aceptar ese malestar que todos sentimos cuando no salen las cosas como habíamos planeado. Así evitaríamos niños en los que hay malicia, malestar, ganas de hacer daño.
El pequeño dictador crece de Javier Urra es un libro pesimista que no recomiendo. Yo no quiero ni imaginar el mundo que nos describe este hombre pesimista. No todos los niños pegan a sus padres. Los maltratadores son una minoría que no representan a la infancia de este país.
En todo caso, me parece que el libro está bien escrito para los seguidores de Javier Urra. Lo ha escrito para vender su teoría de niños malvados y adolescentes intratables en sus entrevistas en los medios de comunicación. Javier Urra sabe ganarse muy bien la vida. Lo demás son cuentos.
Nos dice que padres e hijo dictador se quieren, pero hay violencia y agresiones. Son la familia desastre. Una familia en la que falta autoridad, no se ponen límites a los hijos.
¿Es culpa de los padres que los niños salgan violentos? En parte sí, dice Javier Urra, y en parte no. También educa la sociedad, la escuela, los medios de comunicación. Pero parece que todos educan mal.
Los chavales no aceptan la frustración porque nadie les ha enseñado a aceptarla. Ahí está la clave según Javier Urra: deben decepcionarse para aprender a aceptar ese malestar que todos sentimos cuando no salen las cosas como habíamos planeado. Así evitaríamos niños en los que hay malicia, malestar, ganas de hacer daño.
El pequeño dictador crece de Javier Urra es un libro pesimista que no recomiendo. Yo no quiero ni imaginar el mundo que nos describe este hombre pesimista. No todos los niños pegan a sus padres. Los maltratadores son una minoría que no representan a la infancia de este país.
En todo caso, me parece que el libro está bien escrito para los seguidores de Javier Urra. Lo ha escrito para vender su teoría de niños malvados y adolescentes intratables en sus entrevistas en los medios de comunicación. Javier Urra sabe ganarse muy bien la vida. Lo demás son cuentos.
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2
Los Gargallo Abanicos son unos abanicos de chocolate que están bastante ricos. Se trata de un trozo de galleta María cubierta por una capa de chocolate por una de sus caras. Es el chocolate el que los hace sabrosos.
Yo los compro porque en casa somos muy chocolateros. Los tengo guardados para los desayunos fáciles. Les abres un paquete de Gargallo Abanicos a mi feliz familia y no hay discusiones a la hora de desayunar. Mi marido los moja en el café. Las niñas se los toman tan cual. Y yo me guardo algunos en un paquetito para el trabajo. Son ideales para picar entre horas cuando andas bien de kilos en la báscula. Si quieres adelgazar, no te los recomiendo. Como todos los dulces industriales y no industriales engordan muchísimo.
La mayor desventaja que les encuentro es lo adictivos que son. Uno pide el siguiente y así hasta acabar con el paquete. Esto se debe a su pequeño tamaño. Los dulces pequeños suelen ser tremendamente adictivos. Te pasas comiéndolos aunque no quieras.
Tienen un precio razonable. El paquete trae 200 gramos y cuesta 0,76 euros. No me parece caro y menos teniendo en cuenta el renombre de la marca. Gargallo lleva muchos años fabricando galletas y otros dulces, todos ellos con una calidad excelente.
Os los recomiendo. Gustan a todos y son un buen aperitivo. Yo los tengo servido a modo de pastas de té cuando viene mi suegra a merendar y no me he acordado de comprar unas galletas adecuadas para tomar el té. Le encantan. Cuando le pones un platito con Gargallo Abanicos se olvida de sus pastas de té.
Yo los compro porque en casa somos muy chocolateros. Los tengo guardados para los desayunos fáciles. Les abres un paquete de Gargallo Abanicos a mi feliz familia y no hay discusiones a la hora de desayunar. Mi marido los moja en el café. Las niñas se los toman tan cual. Y yo me guardo algunos en un paquetito para el trabajo. Son ideales para picar entre horas cuando andas bien de kilos en la báscula. Si quieres adelgazar, no te los recomiendo. Como todos los dulces industriales y no industriales engordan muchísimo.
La mayor desventaja que les encuentro es lo adictivos que son. Uno pide el siguiente y así hasta acabar con el paquete. Esto se debe a su pequeño tamaño. Los dulces pequeños suelen ser tremendamente adictivos. Te pasas comiéndolos aunque no quieras.
Tienen un precio razonable. El paquete trae 200 gramos y cuesta 0,76 euros. No me parece caro y menos teniendo en cuenta el renombre de la marca. Gargallo lleva muchos años fabricando galletas y otros dulces, todos ellos con una calidad excelente.
Os los recomiendo. Gustan a todos y son un buen aperitivo. Yo los tengo servido a modo de pastas de té cuando viene mi suegra a merendar y no me he acordado de comprar unas galletas adecuadas para tomar el té. Le encantan. Cuando le pones un platito con Gargallo Abanicos se olvida de sus pastas de té.
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3
Los Carrefour Mini Redondos son tan sabrosos como los Donuts de toda la vida y te salen mejor de precio. Yo siempre los meto en el carro cuando voy a este hipermercado a cazar ofertas, como dice mi marido.
Son unos donuts blanditos, con una buena capa de chocolate y que encuentras frescos cuando los quitas del envase. A mis hijas les encantan. Si las dejo, antes de llegar a casa ya me terminan con los Carrefour Mini Redondos.
Los venden en envases de 155 gramos muy parecidos a los envases de los donettes. También es parecida su colocación en fila india. Cada envase es de 8 unidades. Yo tengo que comprar dos o tres para que haya para todos.
Como os decía, te salen mejor de precio que los donettes. Ahorras unos 20 céntimos por paquete, lo cual es un ahorro notable en un producto de alimentación.
En todo caso, yo no los estoy comprando por su precio más barato sino por su sabor, por lo blandos que son y por lo frescos que los venden. No en todos los sitios encuentras la bollería industrial como recién hecha. Es así como a mí me gusta.
Pero no debes abusar de su consumo: no es sana y encima engorda una barbaridad. Esto no quiere decir que, de vez en cuando, no pueda una darse un homenaje. No hay nada que me dé más alegría que comer una cosa que me gusta.
Son ideales para una merienda. También lo son para acompañar un café a la hora del desayuno. Es lo que llama mi suegra, el desayuno fácil de las niñas. Les abres un paquete de Carrefour Mini Redondos y no hay que discutir para que se tome el desayuno rápido. Los devoran literalmente.
Son unos donuts blanditos, con una buena capa de chocolate y que encuentras frescos cuando los quitas del envase. A mis hijas les encantan. Si las dejo, antes de llegar a casa ya me terminan con los Carrefour Mini Redondos.
Los venden en envases de 155 gramos muy parecidos a los envases de los donettes. También es parecida su colocación en fila india. Cada envase es de 8 unidades. Yo tengo que comprar dos o tres para que haya para todos.
Como os decía, te salen mejor de precio que los donettes. Ahorras unos 20 céntimos por paquete, lo cual es un ahorro notable en un producto de alimentación.
En todo caso, yo no los estoy comprando por su precio más barato sino por su sabor, por lo blandos que son y por lo frescos que los venden. No en todos los sitios encuentras la bollería industrial como recién hecha. Es así como a mí me gusta.
Pero no debes abusar de su consumo: no es sana y encima engorda una barbaridad. Esto no quiere decir que, de vez en cuando, no pueda una darse un homenaje. No hay nada que me dé más alegría que comer una cosa que me gusta.
Son ideales para una merienda. También lo son para acompañar un café a la hora del desayuno. Es lo que llama mi suegra, el desayuno fácil de las niñas. Les abres un paquete de Carrefour Mini Redondos y no hay que discutir para que se tome el desayuno rápido. Los devoran literalmente.
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4
Las Carrefour Aperitivo Patata son unas patatas fritas del montón envasadas en envases circulares de 170 gramos. También su precio es de lo más habitual en patatas fritas de marca blanca: cuestan 1,55 euros. Por ese precio compro las bolsas de patatas fritas de marca Gadis que le gustan más a mi marido.
En casa devoramos las patatas fritas de supermercado, como las llama mi suegra. Nos gustan mucho más que las que prepara la madre de mi marido. Estas patatas fritas del Carrefour son lisas y no tienen mucha sal. Están más saladas las del Gadis.
Su envase circular las hace ideales para llevar a la playa o al parque o bien a algún evento en el que te apetece picar. Yo las llevo muchas veces al cine. Guardo el envase en el bolso y lo abro cuando estamos en plena película.
El envase las protege muy bien. No se te rompen como cuando las llevas envasadas en las clásicas bolsas de toda la vida. Como os decía, el envase me parece perfecto. Me gusta más que el de las Lays por sus colores más alegres.
Yo compro siempre estas patatas fritas cuando vamos al Carrefour. Son unas patatas que se conservan muy bien en sus envases circulares. Las que compro en bolsas no se conservan tan bien, sobre todo cuando me quedan en la cocina. La humedad no es una buena aliada de las patatas fritas envasadas en bolsas.
La cantidad que viene por envase es suficiente aunque yo pronto acabo con ellas. Soy capaz de comerme los 170 gramos sola.
En casa devoramos las patatas fritas de supermercado, como las llama mi suegra. Nos gustan mucho más que las que prepara la madre de mi marido. Estas patatas fritas del Carrefour son lisas y no tienen mucha sal. Están más saladas las del Gadis.
Su envase circular las hace ideales para llevar a la playa o al parque o bien a algún evento en el que te apetece picar. Yo las llevo muchas veces al cine. Guardo el envase en el bolso y lo abro cuando estamos en plena película.
El envase las protege muy bien. No se te rompen como cuando las llevas envasadas en las clásicas bolsas de toda la vida. Como os decía, el envase me parece perfecto. Me gusta más que el de las Lays por sus colores más alegres.
Yo compro siempre estas patatas fritas cuando vamos al Carrefour. Son unas patatas que se conservan muy bien en sus envases circulares. Las que compro en bolsas no se conservan tan bien, sobre todo cuando me quedan en la cocina. La humedad no es una buena aliada de las patatas fritas envasadas en bolsas.
La cantidad que viene por envase es suficiente aunque yo pronto acabo con ellas. Soy capaz de comerme los 170 gramos sola.