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jueves, 11 de abril de 2019

Los telefonos que hay en mi casa

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He comprado el Teléfono inalámbrico GIGASET DECT A170 porque me apreció una monada con su color azul turquesa. Lo venden en varios colores. El mío es el azul turquesa. Lo había en blanco, en negro y en un rojo anaranjado que casi me convenció, pero que acabé dejando porque a mi chico no le gustaba nada. Aún no le gusta mucho el que compré. Lo quería en negro. el negro era el que no me gustaba a mí. De no hacer el azul, lo llevaría blanco.

Es un acierto que el Teléfono inalámbrico GIGASET DECT A170 se venda en varios colores. Te sales de lo habitual y puedes elegir un inalámbrico que haga juego con la decoración de la estancia de casa donde lo vas a colocar.

La variedad de colores con los que lo comercializan es la mayor ventaja que le encuentro. Echo en falta que la agenda tenga capacidad para más contactos. Una agenda con sólo cincuenta contactos la llenas con los números de teléfono de la familia. La pantalla gráfica iluminada se te queda también pequeña. Acostumbrados como estamos a teléfonos con grandes pantallas, una pantalla tan chiquitina es casi como no tenerla.

Tal vez yo le pido demasiado a un teléfono inalámbrico que me lo vendieron como el no va más porque cuenta con Modo Eco Plus. Pero no le pido tanto, creo yo. Con una agenda en la que le cupieran unos 300 contactos ya le hubiera dado un diez. Es la desventaja de todos los inalámbricos: te los venden con agendas pequeñitas. Deberían mejorar las capacidades de las agendas. Supongo que no lo hacen porque los inalámbricos han pasado casi a la prehistoria de la telefonía, casi igual que los teléfonos fijos. Lo que no interesa mejorar no se mejora. Menos mal que ahora te los venden con variedad de colores para elegir. Menos da una piedra.

El Teléfono inalámbrico GIGASET DECT A170 me costó 17,91 euros. Estaba de oferta. Si descuento su precio era de 19,90 euros. No me parece nada caro.



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Estoy contenta con mi Samsung Galaxy S10+, un móvil que me sirve para estar comunicada y para entretener a mis hijas cuando las llevo conmigo en el coche. Es el mejor móvil que hay en el mercado para juegos. Las imágenes son muy buenas y los sonidos excepcionales.

Yo no lo compré para que jueguen las niñas sino para tener un móvil con carga inalámbrica y también determinó mi compra el hecho de que este móvil comparte carga a otros dispositivos sin necesidad de cables. Las cargas siempre me traen de cabeza. No me dura nada. Soy de las que está siempre cargando el móvil. Esto se debe más que nada a que hago trabajar a mi móvil como un esclavo. Mi chico me dice que pronto compraré otro. El Samsung Galaxy S10+ es un móvil muy avanzado hasta que no salga otro al mercado que lo deje obsoleto.

De momento va muy bien para cubrir todas mis necesidades de comunicación profesional y personal. Tiene una pantalla finita Dynamic AMOLED de 6,4 pulgadas. Las imágenes, como os he dicho, son sencillamente fantásticas. Puedes ver tu serie favorita sin echar de menos una pantalla de televisor. Yo estoy acostumbrada a ver las series en pantallita. Mi chico, en cambio, necesita una gran pantalla para quedar contento.

No echo en falta con este móvil en mi bolso una cámara de fotos. Con su cámara trasera triple: 12+12+16 Mpx y la cámara frontal dual 10+8 Mpx tengo de sobra. Puedo sacar fotos desde donde me encuentre para subir a mis cuentas de Instagram y darme una alegría con los likes que me dan mis seguidores.

Os recomiendo este móvil. El Samsung Galaxy S10+ no defrauda. Falta hace que no defraude porque no es nada barato. Me costó 1010 euros. Lo tuve que pensar un poco antes de comprarlo. Es el sueldo de un mileurista. Pero pensé en su batería inteligente y no pude decir que no. Tiene prestaciones que justifican su precio. Por ejemplo, el sensor de huella ultrasónico en la pantalla, los altavoces estéreo AKG Dolby Atmos o su excepcional rendimiento en juegos.

PRUEBA PRIMERO, PAGA DESPUÉS