La leche favorita de mi madre es la Leche Asturiana. Yo creo que le gusta más el envase que la leche en sí. La venden en botellas blancas de litro y medio. Es justo el envase lo que me echa a mí para atrás a la hora de comprarla: me parece demasiado grande. Hubiera preferido que esta leche asturiana estuviera en botellas de plástico de un litro. Cuando estoy sola en casa se me hace mucho abrir una botella de litro y medio. Si haces unas croquetas, te sobra medio litro. Si preparas un café, te sobra más de un litro.
La Leche Asturiana se comercializa en tres variedades: leche entera, leche semidesnatada, leche desnatada y leche sin lactosa. En mi casa se compra la desnatada y la que no tiene lactosa. Yo soy intolerante a la lactosa y esta leche sin lactosa de la Central Lechera Asturiana se me hace más sabrosa que las sin lactosa de las marcas de la competencia. No la encuentro tan dulzona.
Las botellas siempre me han salido bien. No suelo comprar más de dos botellas. Como mucho tres si hay a abuelas en casa. Mi suegra también se ha pasado a esta leche cuando la probó en mi dulce hogar. Después de todo, como dice ella, no es tan cara. Te viene saliendo al precio de la mayoría de leches buenas. Cuesta la botella de litro y medio 1,42 euros. Incluso algunas veces la encuentras unos céntimos más baratos si hay oferta en el supermercado.
Os la recomiendo. Sobre todo os recomiendo la Leche de la Central Asturiana sin lactosa. Es muy sabrosa. El envase resulta muy práctico en su formato botella. La única desventaja que le encuentro es que no haya botellas de 1 litro. Mi marido, en cambio, prefiere los cartones. Dice que los tetra bricks conservan mejor la leche. Manías suyas. La leche hay que consumirla y no acumularla en despensas y neveras.
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