"Alquilo habitación para cambiar tu vida" es lo que podríamos denominar una novela coral, pues tiene unos cuantos personajes y prácticamente todos ellos tienen la misma relevancia.
Nos situamos en la isla de Nantucket, lugar que en otro momento fue una zona residencial familiar en la que todo el mundo se conocía pero que en la actualidad se ha transformado en un lugar para ricos, sobre todo por los precios prohibitivos que tienen las propiedades allí.
En una gran mansión venida a menos vive Nan Powell, viuda desde años. Su hijo, Michael es su única familia viva, bueno, y Sarah, la chica que va a echarle una mano con las tareas domésticas y a la que quiere como si fuera propia. Él vive en Nueva York y trabaja en una joyería.
Las finanzas de Nan no van demasiado bien pues la casa está cada vez más vieja y las reparaciones cuestan cada vez más dinero. Este es el motivo por el que se le ocurre alquilar habitaciones durante el verano en Wendermer, la mansión en la que reside.
Por otro lado, conoceremos a Daniel y a Bee, una pareja que lleva seis años junta y que tienen dos niñas preciosas. Las cosas no van demasiado bien entre ellos y como Bee y las niñas van a irse de vacaciones al lado de Nantucket, a Daniel se le ocurre alquilar una habitación en la mansión de Nan, pues así estará cerca de ellas y podrá verlas con frecuencia.
También conoceremos a Daff, recién separada de Richard, con quien tiene una hija, Jessica, en plena adolescencia e intentando buscar su sitio en la nueva situación familiar. Al comenzar el verano decide ir a vivir con su padre y la nueva pareja de éste, y Daff, al verse sola decide liarse la manta a la cabeza e irse de vacaciones. Ve un anuncio sobre el alquiler de habitaciones y allá que se va.
Por último, Michael, el hijo de Nan, que vive en Nueva York y del que iremos conociendo su vida, su última relación sentimental y cómo decide poner tierra de por medio para aclarar sus ideas. De este modo, se irá a la isla con su madre y conocerá a las nuevas personas que conviven con ella.
Se creará entre todos ellos una bonita relación familiar y asistiremos a la creación de lazos en torno a una casa que es algo más que cuatro paredes, que les une por encima de todo lo que podían imaginar.
Nos situamos en la isla de Nantucket, lugar que en otro momento fue una zona residencial familiar en la que todo el mundo se conocía pero que en la actualidad se ha transformado en un lugar para ricos, sobre todo por los precios prohibitivos que tienen las propiedades allí.
En una gran mansión venida a menos vive Nan Powell, viuda desde años. Su hijo, Michael es su única familia viva, bueno, y Sarah, la chica que va a echarle una mano con las tareas domésticas y a la que quiere como si fuera propia. Él vive en Nueva York y trabaja en una joyería.
Las finanzas de Nan no van demasiado bien pues la casa está cada vez más vieja y las reparaciones cuestan cada vez más dinero. Este es el motivo por el que se le ocurre alquilar habitaciones durante el verano en Wendermer, la mansión en la que reside.
Por otro lado, conoceremos a Daniel y a Bee, una pareja que lleva seis años junta y que tienen dos niñas preciosas. Las cosas no van demasiado bien entre ellos y como Bee y las niñas van a irse de vacaciones al lado de Nantucket, a Daniel se le ocurre alquilar una habitación en la mansión de Nan, pues así estará cerca de ellas y podrá verlas con frecuencia.
También conoceremos a Daff, recién separada de Richard, con quien tiene una hija, Jessica, en plena adolescencia e intentando buscar su sitio en la nueva situación familiar. Al comenzar el verano decide ir a vivir con su padre y la nueva pareja de éste, y Daff, al verse sola decide liarse la manta a la cabeza e irse de vacaciones. Ve un anuncio sobre el alquiler de habitaciones y allá que se va.
Por último, Michael, el hijo de Nan, que vive en Nueva York y del que iremos conociendo su vida, su última relación sentimental y cómo decide poner tierra de por medio para aclarar sus ideas. De este modo, se irá a la isla con su madre y conocerá a las nuevas personas que conviven con ella.
Se creará entre todos ellos una bonita relación familiar y asistiremos a la creación de lazos en torno a una casa que es algo más que cuatro paredes, que les une por encima de todo lo que podían imaginar.
