Fui infiel, me dijo la Ratita Presumida, y me enseñó la fotografía de un amante pecaminoso: Jordi Pujol.
-No me sentiría culpable si no hubiera defraudado a Hacienda. Yo siempre fui una buena pagadora.
-Tranquila, Ratita.
-Los niños van a dejar de leer mi cuento. No querrán saber nada de la amante de un Presidente de la Generalitat con dinero en Suiza y Andorra.
Me dio pena. La pobre Ratita tendrá que buscar un buen chico y acabar sus haceres con un político de la secta.