Me regaló mi marido
un osito Swarovsky
tan guapo como el precio
que pagó por tan buen oso.
Es un oso de cristal
que me trae los amores
en un corazoncito
tal lila como hermoso.
Le doy besos cuando pienso
en el amor de mi esposo
y escupo su carita
si estamos sin amores.
Te dejo ahí un link
para que te compres otro
porque el mío no lo doy
ni al ladrón que los roba.