Acostumbrados al típico bote de champú sorprende un poco que éste venga en un bote que se asemeja a los de Kalia, de color negro, con las letras en blanco y la nota curiosa de la caricatura de quién lo ha elaborado, en mi caso Caroline.
Una vez abierto, ves una masa blanca que, al tocarla, es muy rugosa. Lógico, este champú contiene sal marina y tal sal no es una mera palabra en su lista de ingredientes sino que se ve y se nota. Esta rugosidad se la da la sal. Cuando lo he cogido me ha dado un poco de susto, si hay algo que no soporte es que se me meta arena en el pelo y esa ha sido la primera sensación que he tenido al aplicar Sublime en mi pelo. Sí, es muy rugosa su textura pero, al primer contacto y primer masajeo se convierte en la espuma más cremosa que haya probado jamás.
Ni los champús con textura crema pura tienen la espuma de Sublime. Es una espuma crema que limpia en profundidad el cabello sin agredirlo. Todo lo contrario, esta pequeña rugosidad va activando la circulación e, incluso, diría que hace una pequeña exfoliación de la zona pero sin agredirla.
El bote contiene 300 gramos que pesan lo suyo. Se abre tipo rosca y el champú está perfectamente protegido contra las agresiones externas.
Una vez abierto, ves una masa blanca que, al tocarla, es muy rugosa. Lógico, este champú contiene sal marina y tal sal no es una mera palabra en su lista de ingredientes sino que se ve y se nota. Esta rugosidad se la da la sal. Cuando lo he cogido me ha dado un poco de susto, si hay algo que no soporte es que se me meta arena en el pelo y esa ha sido la primera sensación que he tenido al aplicar Sublime en mi pelo. Sí, es muy rugosa su textura pero, al primer contacto y primer masajeo se convierte en la espuma más cremosa que haya probado jamás.
Ni los champús con textura crema pura tienen la espuma de Sublime. Es una espuma crema que limpia en profundidad el cabello sin agredirlo. Todo lo contrario, esta pequeña rugosidad va activando la circulación e, incluso, diría que hace una pequeña exfoliación de la zona pero sin agredirla.
El bote contiene 300 gramos que pesan lo suyo. Se abre tipo rosca y el champú está perfectamente protegido contra las agresiones externas.
A parte de la sal marina, contiene infusión de limón fresco, lima , coco, aceite de mandarina, extracto de vainilla y algas. Su aroma es un poco afrutado pero destaca más el de la vainilla. Un perfume que permanece y no se evapora al segundo.
Cuando te aclaras el pelo, en el envase indica que con un sólo lavado es suficiente pero me lo he aplicado 2 veces, vas notando lo limpio que se queda el pelo. Éste cruje pero es un crujido de limpieza. Me he asustado un poco, no me he aplicado acondicionador y temía que el desenredrado sería terrible y no. No precisa acondicionador puesto que el desenredrado es fácil, el peine se desliza por el cabello sin romperlo.
Una vez seco, notas el pelo brillante y no con un brillo que se va o nota poco. Sí, yo lo aprecio muy brillante efecto que se multiplica bajo la luz del sol, tiene volumen, cuerpo, queda muy suave, sedoso, se ve limpio y cuidado. Realmente, el pelo revive. Insitiendo en lo del brillo, yo obtengo un brillo intenso y natural con la mascarilla de Biopoint, pues bien: sólo con Sublime no sólo he obtenido ese brillo sino que lo noto mucho más intenso. El mensajito que indica el bote de Sublime: "un brillo que parará el tráfico" puede ser exagerado pero tampoco se aleja mucho de la realidad. Ni Elvives con proteínas de perla ni Pantenes, el brillo de Sublime es mucho más potente, duradero y natural a parte de que es un brillo de pelo sano.
No es un champú que alise el pelo ( tampoco le da un volumen casco) pero, planchar el pelo tras haberlo usado es una tarea más sencilla. El cabello queda más uniforme, manejable y fácil de peinar.
MARUXA