Los hoteles AC nunca defraudan. Son hoteles modernos que no caen en excesos innecesarios. Por eso no tuve duda en que hotel nos alojaríamos cuando estuvimos hace unos días en Palencia: en el Hotel AC.
Nuestra habitación, en el Hotel AC Palencia, tenía una cama muy cómoda y un minibar muy bien surtido por el que no nos cobraron ningún extra por una promoción que estaban haciendo. Lo que no me gustó nada fue el televisor. Era un televisor antiguo, que, si bien funcionaba bien, hubiera preferido que fuera de plasma.
Más moderno que la habitación era el cuarto de baño. Tenía una decoración un tanto vanguardista a la que contribuía un mármol verdoso que subía por las paredes. La bañera se me hizo pequeña. Me recordó la que había en casa de mis padres cuando era yo una niña. Era idéntica. Pero parecía último modelo gracias a la decoración conjunta del cuarto de baño.
El coche no fue un problema. Unos días lo dejamos fuera del hotel y otros días en el parking. Fuera puedes aparcar sin problema y te ahorras un extra por aparcamiento.
Desayunamos en el hotel porque resultaba más cómodo ya que estábamos en Palencia por trabajo. No era un desayuno grandioso, pero no quedabas con hambre. Las cantidades eran generosas, sobre todo en bollería industrial.
El hotel es muy tranquilo. Nuestra habitación daba a la Avenida de Cuba, pero estaba muy bien insonorizada. No oías ningún ruido de la calle.
Del personal sólo puedo decir maravillas. Eran muy profesionales y muy amables, especialmente con los niños. Mis niñas quedaron encantadas.
Nuestra habitación, en el Hotel AC Palencia, tenía una cama muy cómoda y un minibar muy bien surtido por el que no nos cobraron ningún extra por una promoción que estaban haciendo. Lo que no me gustó nada fue el televisor. Era un televisor antiguo, que, si bien funcionaba bien, hubiera preferido que fuera de plasma.
Más moderno que la habitación era el cuarto de baño. Tenía una decoración un tanto vanguardista a la que contribuía un mármol verdoso que subía por las paredes. La bañera se me hizo pequeña. Me recordó la que había en casa de mis padres cuando era yo una niña. Era idéntica. Pero parecía último modelo gracias a la decoración conjunta del cuarto de baño.
El coche no fue un problema. Unos días lo dejamos fuera del hotel y otros días en el parking. Fuera puedes aparcar sin problema y te ahorras un extra por aparcamiento.
Desayunamos en el hotel porque resultaba más cómodo ya que estábamos en Palencia por trabajo. No era un desayuno grandioso, pero no quedabas con hambre. Las cantidades eran generosas, sobre todo en bollería industrial.
El hotel es muy tranquilo. Nuestra habitación daba a la Avenida de Cuba, pero estaba muy bien insonorizada. No oías ningún ruido de la calle.
Del personal sólo puedo decir maravillas. Eran muy profesionales y muy amables, especialmente con los niños. Mis niñas quedaron encantadas.