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viernes, 8 de agosto de 2014

El copago sanitario de Clemencia

  El mundo futuro estaba en el presente. En el al le habían cobrado 25 euros por vendarle un pie en Urgencias. Clemencia se había resistido al pago sin éxito.
 
 -Mirale los bolsillos -ordenó la enfermera jefe a una auxiliar.
 -Tiene un billete de 50 euros.
 
 La enfermera jefe le arrancó el billete de las manos a la auxiliar.
 
 -No le damos la vuelta, señora. Los 25 euros restantes son para pagar la ambulancia.
 
 Clemencia salió dando saltos sobre el pie sano. Un taxi le pitó. Clemencia siguió saltando hasta la parada del bus. No tenía dinero para taxis. Llegó a su casa agotada. Se tiró en la entrada del piso. Cuando empezaba a conciliar el sueño sobre el frío suelo, llamaron a la puerta.
 
 -¡La policía! ¡Abra!
 -¿Qué quieren?
 -Cobrarle 50 euros por no asistir a la consulta externo del psiquiatra.
 -No tengo dinero.
 -Le tendremos que arrancar la puerta y llevarla, señora.
 -Pues llevenla.
 
 Los agentes arrancaron la puerta blindada y marcharon con ella sin decirle adiós. Clemencia se sintió pobre por primera vez en su vida.
 
 Su pie se resistía a andar. Le dolía. Clemencia tomaba tila y sufría. La casa seguía sin puerta blindada. Por eso entró sin pedir permiso un policía local.
 
 -Vengo a cobrarle los honorarios del médico de cabecera, señora -le dijo.
 -Yo no fui al médico ese -protestó Clemencia.
 -Justo por eso tiene una deuda de 100 euros. Tenía que llevarle el informe de Urgencias.
 
 Clemencia quedó mirando como el policía le marchaba con la bombona de butano al no pagar los 100 euros. ¡Menuda vida! Ni siquiera le dejaban la posibilidad de matarse con una muerte dulce.

PRUEBA PRIMERO, PAGA DESPUÉS