Me estoy haciendo adicta a la serie "Ángel o demonio". Me gustan los malos, los demonios, adoro a la niña de largas melenas que anima a hacer lo peor de lo peor a seres que piensan en el mal sin atreverse a hacerlo. El mundo es de los malos. Miras a tu alrededor y ves a los peores del barrio triunfando en la vida. Los buenos estamos condenados a perder siempre.
¿Ganará Valeria la partida a los demonios? Para empezar, en la serie, nos la presentan como una chica poco atractiva. Yo no querría ser Valeria por nada del mundo. Preferiría ser Iris, que es guapa y tiene unos perros que meten miedo. Hasta estaría dispuesta a ser la niña de las melenas, inmortal, malísima, con cara de no haber roto un plato en su vida.
No falta el chico-amor: Damián. Un adolescente de instituto que no enamora ni a su madre. Tiene novia y quiere acercarse a Valeria por orden de los demonios. ¿Conseguirá enamorarla? En el tercer capítulo la chica estaba más preocupada por su familia que dispuesta a enamorarse del joven. No era para menos. La madre casi pierde el trabajo en el hospital, el padre dibuja monstruos, el hermano pequeño se mete a ladrón, el hermano mayor anda desaparecido,...
Lo dicho: es mejor ser demonio o demonia, en mi caso. El mal triunfa. El bien está destinado a ser devorado por el mal. Mejor mala y lista que buena y tonta.
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