Hoy descubrí la tristeza
en una muñeca de Amazon
y quise pintarle la sonrisa
con mi barra de labios.
Compré la caja entera
y aquí la tengo, en casa.
La muñeca me mira llorando
con sus lágrimas dentro.
Es triste ver su triste cara.
Acaricio su cabecita de bebé
buscando la causa de la pena
en una cabeza llena de lamentos
de algún diseñador de juguetes.
Mi muñeca es una triste muñeca
de un triste diseñador hombre,
un señor con hipoteca y coche
y unos hijos de custodia compartida
en gastos también compartidos
con la ex mujer de sus odios.
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