Uno de los mejores inventos que han hecho es el robot cortacésped iMow de Stihl. Recuerda a los robots aspiradores que tenemos en casa. Es un robot que te corta la hierba del jardín mientras tú meditas tirada en la tumbona. Es un gusto mirar como trabajan.
Mi marido no quería comprarlo. Le dije que lo compraría yo. No quiero ser una esclava. La tecnología está para quitarme el trabajo tedioso que no quiero hacer. Cortar la hierba puede parecerte relajante de vez en cuando. Segar la hierba como una esclava no es digno de una persona. Por lo menos de mi persona.
Una alternativa sería pagar a un jardinero y no hacer tú el trabajo. Pero los jardineros son muy caros. Le cobraron a un amigo mío 15 euros la hora por cortar el seto que rodea su finca y estuvieron tres días haciendo el tiempo para llevar más dinero por un trabajo que podían haber acabado en una mañana. La productividad de los jardineros es muy baja. No compensa contratarlos. Es mejor hacer una el trabajo de jardinería o comprar este robot de Stihl para tener el césped bien cortadito.
La desventaja que sigue teniendo el robot cortacésped iMow de Stihl es que no te vale para cortar la hierba alta. Tiene que estar poco crecida para que el robot haga su trabajo. Yo compré el robot que te la corta más grande, el mejor. También el precio fue más caro: me costó 2850 euros. Mi marido quería pedir el divorcio cuando vio la factura. Tuve que hacerle las cuentas de lo que estábamos gastando en jardineros para evitar que llamara al abogado. Lo convencí. Los números son números aquí y en China.
Os recomiendo el robot cortacésped iMow de Stihl. Es un robot que puedes controlar desde tu smarphone. El robot trabaja mientras tú miras como trabaja. Sólo tienes que cargarlo, vaciarle el depósito de la hierba cuando lo tiene lleno y volver a cargarlo en el enchufe para tenerlo listo para otra sesión de trabajo. Os aseguro que me sale más barato que una empresa de jardinería cuidando mi césped. En menos de un año lo tengo más que amortizado. Estoy tan contenta con este robot de color naranja y gris clarito que lo volvería a comprar sin pensarlo dos veces. Hasta me gusta su diseño. Parece un platillo volante. Como dice mi hija pequeña es un platillo volante que nos han mandando los marcianos para hacernos el trabajo del jardín.
Mi marido no quería comprarlo. Le dije que lo compraría yo. No quiero ser una esclava. La tecnología está para quitarme el trabajo tedioso que no quiero hacer. Cortar la hierba puede parecerte relajante de vez en cuando. Segar la hierba como una esclava no es digno de una persona. Por lo menos de mi persona.
Una alternativa sería pagar a un jardinero y no hacer tú el trabajo. Pero los jardineros son muy caros. Le cobraron a un amigo mío 15 euros la hora por cortar el seto que rodea su finca y estuvieron tres días haciendo el tiempo para llevar más dinero por un trabajo que podían haber acabado en una mañana. La productividad de los jardineros es muy baja. No compensa contratarlos. Es mejor hacer una el trabajo de jardinería o comprar este robot de Stihl para tener el césped bien cortadito.
La desventaja que sigue teniendo el robot cortacésped iMow de Stihl es que no te vale para cortar la hierba alta. Tiene que estar poco crecida para que el robot haga su trabajo. Yo compré el robot que te la corta más grande, el mejor. También el precio fue más caro: me costó 2850 euros. Mi marido quería pedir el divorcio cuando vio la factura. Tuve que hacerle las cuentas de lo que estábamos gastando en jardineros para evitar que llamara al abogado. Lo convencí. Los números son números aquí y en China.
Os recomiendo el robot cortacésped iMow de Stihl. Es un robot que puedes controlar desde tu smarphone. El robot trabaja mientras tú miras como trabaja. Sólo tienes que cargarlo, vaciarle el depósito de la hierba cuando lo tiene lleno y volver a cargarlo en el enchufe para tenerlo listo para otra sesión de trabajo. Os aseguro que me sale más barato que una empresa de jardinería cuidando mi césped. En menos de un año lo tengo más que amortizado. Estoy tan contenta con este robot de color naranja y gris clarito que lo volvería a comprar sin pensarlo dos veces. Hasta me gusta su diseño. Parece un platillo volante. Como dice mi hija pequeña es un platillo volante que nos han mandando los marcianos para hacernos el trabajo del jardín.